Uno de los bocados más tradicionales del recetario madrileño es el bocata de calamares, elaborado con tres de los ingredientes básicos de la reconocida dieta mediterránea: pan, un buen producto de mar y aceite de oliva. En los bares y tabernas de la Plaza Mayor ofrecen las versiones más clásicas, pero también hay propuestas más atrevidas que vienen firmadas por grandes chefs.