En Semana Santa, las delicadas imágenes que durante el resto del año se hospedan en las distintas basílicas e iglesias son adornadas con numerosos cirios, flores y ricos mantos bordados para salir en procesión por lugares tan representativos como el Paseo del Prado, la calle Alcalá o la Plaza Mayor. A lo largo de todo su recorrido van acompañadas de decenas de nazarenos y portadas por costaleros de las distintas cofradías.