Caja de metal en forma de corazón con caramelos de violetas.
Las Violetas son, desde principios del siglo XX, el sabor que mejor representa a nuestra ciudad, gracias a unos pequeñísimos caramelos que se convirtieron entonces en los preferidos por todos. Aunque también son típicos de ciudades francesas como Tolouse, los de aquí nacieron casi como un homenaje a la propia flor, que vendían por aquella época en calles como Alcalá o Gran Vía las violeteras, que, como bien dice el cuplé que popularizó Sara Montiel, anunciaban con su presencia la llegada de la primavera. Su receta es sencilla: azúcar y esencia de violeta.
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