Este conocido café, a solo unos pasos del Gijón, no es tan antiguo como pudiera parecer. Fue inaugurado en 1978 al estilo de los cafés parisinos de principios del siglo XIX, quizás para compensar que Madrid nunca haya tenido un auténtico bar Art Nuveau. Su precioso pabellón, con sus espectaculares vidrieras y lámparas, es un lugar agradable y elegante, como lo es también su terraza-jardín, ideal para desayunar o merendar con vistas a la Biblioteca Nacional.